oyes...

muero con los "oye"s

muero con tus "oye"s

a los que invariablemente le siguen los "ya me voy", "me retiro", "me ausento"...

tus "oye"s son crueles, son fríos, inclementes!

el bochorno atrabancado tropieza con nuestras voces dirigentes, con los verbos manifestantes, con las huelgas de aficiones y con los plantones de ideales...

el tumulto de palabras se entristece y se disipa...

el clan de los perversos suspende su sesión...

y el grupo aventurero vuelve de su viaje con la misma espina con la que partió...

en cambio, tus demás sonidos son lindos... casi angelicales...

como si fueran dos trompetas que indican el comienzo de la temporada, y los principiantes salieran preparados con sus rifles vigilantes en busca de sus sueños irreales...

como un fuerte viento que ahuyenta las nubes del recuerdo y permite que los telescopios espíen las estrellas del universo paralelo de la tentación de morder tus dedos...

y tus silencios, fascinantes... como la nieve a treinta grados... como los chicles masticados con saliva celestial...

y tus miradas que provocan frío en el desierto y calor en el momento de creer en el lamento que el fugitivo pensamiento vocifera por las calles al no poder olvidar...

como quisiera morir en tus brazos o inclusive en tus labios impregnados de veneno, de hashis y cocaína que me vuelven drogadicto de escuchar con ojos blancos y con vecinos siempre insanos tus excusas y motivos y tus "oye"s delirantes, alegorías siempre tristes de historias del pasado de un mundo siempre enfermo de piratas olvidados...

aunque bueno... siempre muero...