lunes, julio 31, 2006

crueldades del destino

que bonito es sentir que todavía siento...

aunque sean emociones pasajeras que se revertirán en el mismo momento en que dejen de ser actuales y pasen a ser importantes...

de ese tipo de sentimientos inestables que llegan y se van causando un alboroto y dejando un huella inborrable y a la vez, imperceptible...

de esas veces que ves y te deleitas de ver, que escuchas y no quieres dejar de escuchar, que ries y no quieres que termine...

de esas veces que aparecen seres de alas negras y seres de alas blancas y que aparecen seres con alas pintas y retráctiles que llegan para que sepas que existen y luego se marchan

de esas veces que te sientes tan contento, tan feliz, aunque sea pasajero...

de esas veces que te fumas un cigarro y te vuelves paisaje, paraíso, piedra, banca, cesped, te vuelves invisible y a la vez invencible... pero luego el cigarro termina y vuelves a ser persona, transeúnte, piel, hueso y carne, deambulante...

de esas veces que el destino juega una broma cruel y le presenta al hambriento el dulce manjar solo para quitárselo de nuevo... y el hambriento sufre por su hambre y sufre por no poder comer de ese manjar... pero recuerda con una sonrisa y tal vez con emanante saliva, lo que alguna vez pudo haber comido, y se deleita con el solo hecho de pensar que existe en algún lugar...

viernes, julio 21, 2006

pareja desparejada...

hoy me tocó ver una pareja...
fui a fumar a la plazilla que está al lado de donde estoy haciendo mi servicio social y...
cuando llegué, noté que había una pareja a no más de 10 metros de mi, sentados, en silencio, comunicandose sin esa absurda verborrea que no los hubiera llevado más lejos ni más cerca de donde se encontraban...
continué fumando y me sumergí en ideas absurdas...
hasta que la mujer se puso de pie y comenzó a caminar...
el hombre se quedó sentado, cabizbajo, tronándose los dedos...
la mujer se fue a sentar a otro lado, se sentó con las palomas, cruzó sus piernas y dejó de ver al hombre que seguía con su mirada perdida en el asfalto que yacía bajo sus pies, pero que lo sentía, creo yo, sobre sus hombros...
es extraño ver que dos personas estando tan cerca, se encuentran muy lejos...
creo que una gran mayoría conocemos ese sentimiento, saber que estás con la persona que quieres estar, en el lugar que quieres estar, en el momento preciso, pero completamente lejos, a menos de un abrazo de distancia y a la vez, a un universo...
mi cigarro acabó, mis ojos se dirigieron al cielo, el diáfano azul del cielo... y las nubes, en su interminable viaje por el mundo...
mi cigarro acabó y no me quedé a ver el desenlace...
parecía que iba para rato y que se quedarían ahí...
sentados a la distancia...
respirando vida y exhalando muerte...
respirando muerte y exhalando vida...
parecía que estaban dispuestos a esperar que el otro diera el primer paso hacia el reencuentro, siendo que cada uno en sus adentros se moría por correr al lado del otro...
es extraño ver cómo dos personas estando tan cerca se pueden alejar tanto...