que bonito es sentir que todavía siento...
aunque sean emociones pasajeras que se revertirán en el mismo momento en que dejen de ser actuales y pasen a ser importantes...
de ese tipo de sentimientos inestables que llegan y se van causando un alboroto y dejando un huella inborrable y a la vez, imperceptible...
de esas veces que ves y te deleitas de ver, que escuchas y no quieres dejar de escuchar, que ries y no quieres que termine...
de esas veces que aparecen seres de alas negras y seres de alas blancas y que aparecen seres con alas pintas y retráctiles que llegan para que sepas que existen y luego se marchan
de esas veces que te sientes tan contento, tan feliz, aunque sea pasajero...
de esas veces que te fumas un cigarro y te vuelves paisaje, paraíso, piedra, banca, cesped, te vuelves invisible y a la vez invencible... pero luego el cigarro termina y vuelves a ser persona, transeúnte, piel, hueso y carne, deambulante...
de esas veces que el destino juega una broma cruel y le presenta al hambriento el dulce manjar solo para quitárselo de nuevo... y el hambriento sufre por su hambre y sufre por no poder comer de ese manjar... pero recuerda con una sonrisa y tal vez con emanante saliva, lo que alguna vez pudo haber comido, y se deleita con el solo hecho de pensar que existe en algún lugar...
aunque sean emociones pasajeras que se revertirán en el mismo momento en que dejen de ser actuales y pasen a ser importantes...
de ese tipo de sentimientos inestables que llegan y se van causando un alboroto y dejando un huella inborrable y a la vez, imperceptible...
de esas veces que ves y te deleitas de ver, que escuchas y no quieres dejar de escuchar, que ries y no quieres que termine...
de esas veces que aparecen seres de alas negras y seres de alas blancas y que aparecen seres con alas pintas y retráctiles que llegan para que sepas que existen y luego se marchan
de esas veces que te sientes tan contento, tan feliz, aunque sea pasajero...
de esas veces que te fumas un cigarro y te vuelves paisaje, paraíso, piedra, banca, cesped, te vuelves invisible y a la vez invencible... pero luego el cigarro termina y vuelves a ser persona, transeúnte, piel, hueso y carne, deambulante...
de esas veces que el destino juega una broma cruel y le presenta al hambriento el dulce manjar solo para quitárselo de nuevo... y el hambriento sufre por su hambre y sufre por no poder comer de ese manjar... pero recuerda con una sonrisa y tal vez con emanante saliva, lo que alguna vez pudo haber comido, y se deleita con el solo hecho de pensar que existe en algún lugar...
2 comentarios:
Sé exactamente a lo que te refieres. Lo sé. Es como si pudieras ver... atraves de mis ojos. Gracias por hacerme sentir menos sola con este post. =)
Jous....quizá, por una parte, me gustaría no saber de lo que hablas....por otra, bueno sí saberlo.
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