domingo, septiembre 02, 2007

Incoherencia…

Estoy enfermo de vida… de una extraña alegría y un impetuoso optimismo…

Necesito una transfusión de sangre podrida…

Una dolencia que me aqueje y me lleve al olvido… a la soledad por el miedo… y al miedo por la soledad…

Quisiera sentir ese dolor tras mis ojos que viene acompañado con la fiebre y las alucinaciones…

Quisiera dejar esta sonrisa estúpida y tener una mirada perdida, unas ganas de nada…

La monotonía… es lo que me falta… esto de hacer cosas cada vez más interesantes y diferentes no es lo mío…

Prisionero en mi cuarto y en mi mundo… sin comer, beber o fumar… prisionero en un cuarto extraño en un mundo extraño… esperando morir…

Esperando la espera del momento en el que deje de esperar…

7 comentarios:

Anónimo dijo...

hasta cuando estás en tu cuarto encerrado eres creativo escribiendo algo, garabateando, soliloqueando..

XD


juego! es broma.. tú quieres monotonía! yo estoy emergida en ella; los mismos monitores, las mismas personas, el mismo gafete que ni siquiera me pertenece..


no estás y yo si estoy..



=(

AVE FÉNIX dijo...

Parece que no pero... cuánto extrañamos la normalidad,lo previsible, lo conocido...cuando nos falta.
besotes chavo.
cuidateme.

la chica pirata dijo...

Yo odio tener ganas de nada...
Quiero tener dagas de todo... pero hay algo (no se qué)que no me deja...

Un besazo! =P

Anónimo dijo...

vive ese momento de optimismo que al rato se esfuma cuando menos pienses y vuelve el silencio jajaja (la optimista no vino)
saludos.

Naty dijo...

Mi amigo, bebete sorbo a sorbo este momento glorioso, en el que se ve la vida a todo color... Es fugaz (eso lo sabemos todos), así que disfrutálo mientras dure... Abrazos y un suuuuuuper feliz finde :)

Anónimo dijo...

Intenté firmar en tu flog, pero ya estaba hasta el keke, y pues gracias por mandarme tu escrito el de "Adivina Que?" dentro de poco será como un Himno jejeje y Este que acabo de leer el de "incoherencia", es como la antitesis de un poema de Sabines...

A ESTAS HORAS AQUI

Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo,
dejar mi cuarto encerrado
y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando,
sólo pensando.
No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado
mirándome los brazos,
o, apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer, o recordar,
o sentirme tufos de literato,
o esperar algo.
Habría que bajar a una calle desierta
y con las manos en la bolsas, despacio,
caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...
Este cielo de México es obscuro,
lleno de gatos,
con estrellas miedosas
y con el aire apretado.
(Anoche, sin embargo, había llovido
y era fresco, amoroso, delgado.)
Hoy habría que pasármela llorando
en una acera húmeda, al pie de un árbol,
o esperar un tranvía escandaloso
para gritar con fuerzas, bien alto.
Si yo tuviera un perro podría acariciarlo.
Si yo tuviera un hijo le enseñaría mi retrato
o le diría un cuento
que no dijera nada, pero que fuera largo.
Yo ya no quiero, no, yo ya no quiero
seguir todas las noches vigilando
cuándo voy a dormirme, cuándo.
Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veras
o que de veras esté fastidiado,
o cuando menos que se caiga el techo
de mi casa un rato.

La jaula que me cuente sus amores con el canario.
La pobre luna, a la que todavía le cantan los gitanos,
y la dulce luna de mi armario,
que me digan algo,
que me hablen en metáforas, como dicen que hablan,
este vino es amargo,
bajo la lengua tengo un escarabajo.

¡Qué bueno que se quedara mi cuarto
toda la noche solo,
hecho un tonto, mirando!

Naty dijo...

¡Hey! Andas desaparecido, ¿Donde te has metido? Hay alguito en mi blog que te pertenece, pasa por allá, te espero ;)